viernes, 6 de noviembre de 2020

 


Estrenamos escaparate. Nuestras amigas Paulina Belinchon y Mónica Díaz Gómez nos han montado este espectacular escaparate con sus artículos de cestería y cerámica artesanal. 
No podemos estar más contentas. Empezar esta nueva etapa con ellas es un lujo.
O dejamos unas fotillos para que veáis que cosas más bonitas hacen estas dos mujeres. 
No vais a poder resistiros.







miércoles, 4 de noviembre de 2020

ESTAMOS DE VUELTA

En marzo tuvimos que cerrar las puertas del local que había sido nuestra casa durante más de 15 años.

Ahora… ¡Las hemos vuelto abrir!

En un local más pequeño en metros pero más grande en ilusión; más modesto en espacios, pero más ambicioso en proyectos de futuro. Un lugar que queremos que vuelva a ser de todas vosotras.

DiDeSUR ha vuelto a demostrar que es un símbolo de resistencia, no sólo contra las relaciones económicas y sociales injustas, contra el consumismo o contra el individualismo; es también un símbolo de resistencia contra quien quiso borrarnos, quienes se creyeron tan poderosos como para acabar de un plumazo con más de 20 años de trabajo. Y no. No ha sido fácil porque, al mazazo de echarnos del local en el que llevábamos casi 20 años se unió la pandemia, el confinamiento, el distanciamiento, el pago del alquiler de un local que no podíamos utilizar, la incertidumbre. Pero hemos podido. Y hemos vuelto a abrir las puertas que nunca debieron cerrarse. Azuqueca cuenta de nuevo con un espacio de solidaridad, un lugar para trabajar por ese Otro Mundo Posible que tanto anhelamos.

Azuqueca vuelve a contar con su Centro de Comercio Justo y Consumo Responsable que ahora está en la calle Azucena, 16.

Queremos construir un mundo mejor, con más igualdad y más justicia, donde el lugar de nacimiento no otorgue ni quite derechos, donde avancemos sin dejar a nadie atrás y en el que el individualismo, el egoísmo y la indiferencia no se conviertan en pandemia. ¿Difícil? Ya. Mejor que nosotros lo escribió el maestro Galeano: “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. Caminemos, pues.