Las dos terceras partes de nuestro planeta están cubiertas por agua. Con este panorama es difícil comprender que el difícil acceso al agua potable es la principal causa de enfermedades y pobreza para 1.500 millones de personas.
Sin
embargo ésta es la realidad. El agua apta para uso humano (dulce, potable y de
fácil acceso) es una parte muy pequeña del total y su
escasez no se debe sólo a las condiciones naturales de determinadas regiones,
sino que tiene mucho que ver con el aumento de la población, el despilfarro y
la contaminación.
768 millones de personas (de las cuales 425 millones aproximadamente
son menores de edad) carecen de acceso a fuentes de
agua potable y 2,5 mil millones de personas no tienen acceso a servicios de
saneamiento.
Se
calcula que esta cifra podría aumentar a 3.000 millones de personas para el
año 2025 si no se toman medidas desde ahora.
El derecho humano al agua y
al saneamiento es esencial para garantizar unas condiciones de vida dignas e
influye directamente en el ejercicio del resto de derechos humanos.
Pero ¿qué podemos hacer?
- Pedir a los
gobernantes que no limiten los recursos destinados a la lucha contra la pobreza y aumenten las partidas destinadas a
Cooperación al Desarrollo.
- Apoyar
las políticas e infraestructuras coherentes con el derecho humano al agua.- Ejerciendo un consumo responsable de este bien.
Os dejamos este interesante video de la ONG Ingeniería para el desarrollo:
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